Trabajando en mis sueños
Hoy he retomado mis sueños. Soy una convencida de que para que los sueños se cumplan hay que trabajar en ellos y la verdad es que no se cuantos años llevo pensando en abrir mi taller y poder enseñar todo lo que hace años vengo aprendiendo. El bordado llegó a mi vida en el 2016, el año en que mi papá murió y como una señal que él me envió un día la invité a mi mamá a una clase de bordado mexicano para que se despeje y olvide por un rato la tristeza que nos invadía. Sin saberlo esa clase me cambió la vida, el bordado se convirtió en mi cable a tierra y desde ese día descrubí un universo inmenso de hilos, lanas, agujas y tijeras y proyectos infinitos. Claro que como soy muy inquieta seguí aprendiendo cada técnica que se me cruzaba por el camino: pintura, tejido (aunque algo ya sabía), macramé, y hasta reciclado de distintos materiales que luego convertí en artículos de decoración navideños, porta sahumerios, porta velas, souvenirs y así voy creando. En el 2016 nació Lisandro y en el 2022